Hace exactamente cuatro años, el 9 de junio de 2021, El Salvador hizo historia: se convirtió en el primer país del mundo en declarar a Bitcoin (BTC) como moneda de curso legal. La decisión, que provocó fuertes reacciones dentro y fuera del país, marcó un antes y un después en la forma en que los gobiernos se relacionan con las criptomonedas.
Ese hito se concretó con la aprobación de la Ley Bitcoin, que obligó a todos los comercios a aceptar BTC como forma de pago, junto al dólar estadounidense. Como parte del plan, se lanzó la billetera digital estatal Chivo, y se eximieron de impuestos las ganancias de capital provenientes de transacciones con bitcoin.
Con el paso del tiempo, la experiencia salvadoreña se convirtió en un referente mundial. Para algunos, se trata de un experimento que no terminó de cuajar, debido a la baja adopción entre la población. Para otros, el verdadero impacto de la medida solo se verá a largo plazo. Lo cierto es que puso a Bitcoin en el centro del debate político, económico y financiero a nivel global.
La movida del gobierno de Nayib Bukele rompió esquemas y logró que muchos empezaran a tomar en serio a BTC. Pasó de ser visto como una tecnología marginal o una herramienta especulativa, a una opción que gobiernos y grandes empresas comenzaron a considerar seriamente.
Desde entonces, varios países de América Latina —como Paraguay, Brasil, Argentina, Guatemala y Colombia— han abierto conversaciones sobre la regulación de las criptomonedas, y en muchos casos, lo hicieron inspirados por El Salvador.
Un camino con ajustes, pero con rumbo claro
Aunque la estrategia de El Salvador ha evolucionado con el tiempo, la apuesta por Bitcoin sigue firme. En diciembre de 2024, como parte de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para estabilizar las finanzas del país, se eliminó la obligatoriedad de aceptar BTC como moneda legal. También se confirmó que la billetera Chivo sería descontinuada.
Sin embargo, funcionarios como Stacy Herbert han reafirmado el compromiso a largo plazo con la criptomoneda. La estrategia de comprar 1 BTC por día sigue vigente (con alguna que otra pausa) y los programas educativos sobre bitcoin se mantienen activos.
Además de la compra de BTC, uno de los pilares menos visibles —pero igual de importantes— ha sido la incursión en la minería de bitcoin con energía geotérmica. Aprovechando el calor de los volcanes, El Salvador ofrece electricidad renovable a bajo costo, lo que ha atraído a mineros internacionales que buscan operar de forma más sostenible.
Esta llamada “energía volcánica” ha servido también como parte de una narrativa potente para posicionar al país como un destino tecnológico. Es la base energética sobre la cual se proyecta Bitcoin City, la ambiciosa ciudad inteligente anunciada por Bukele.
De los “bonos volcán” al HILSV
No todo ha salido exactamente como se planeó. Los famosos “bonos volcán”, anunciados con entusiasmo en 2021 para financiar parte de Bitcoin City, aún no se han lanzado oficialmente. En su lugar, surgió en 2024 el token de deuda HILSV, un criptoactivo que permite invertir en el mercado inmobiliario del país. A diferencia de los bonos volcán, el HILSV se negocia en dólares y USDT dentro de la red Liquid.
El Salvador, foro global del ecosistema cripto
En estos cuatro años, El Salvador se ha consolidado como un espacio de diálogo internacional sobre la adopción de bitcoin. En mayo de 2022, el país fue sede de un encuentro de la Alianza para la Inclusión Financiera (AFI), donde representantes de 44 economías emergentes debatieron sobre el potencial de BTC para ampliar el acceso financiero.
En diciembre de 2024, las comisiones de valores de Argentina y El Salvador firmaron un acuerdo para compartir experiencias y trabajar juntas en iniciativas relacionadas con criptoactivos. Según Juan Carlos Reyes, presidente de la Comisión Nacional de Activos Digitales (CNAD) salvadoreña, esto busca sentar las bases para una mayor cooperación regional.
A principios de 2025, Nayib Bukele se reunió con Michael Saylor, CEO de MicroStrategy y uno de los mayores defensores de bitcoin en el mundo corporativo. También participaron en ese encuentro Stacy Herbert y Max Keiser, quienes hablaron sobre los próximos pasos para fortalecer la adopción global de BTC.
Y esto no se detiene. La semana pasada, Bukele se reunió con Bo Hines, director ejecutivo del Comité Asesor de Activos Digitales de la Casa Blanca, para explorar posibles colaboraciones entre Estados Unidos y El Salvador en torno al mundo cripto.
Un camino a largo plazo
A casi cuatro años de haber dado el primer paso, El Salvador sigue firme en su visión. Aunque ha hecho ajustes en el camino —algunos por necesidad, otros por estrategia— el enfoque hacia Bitcoin como herramienta de transformación económica se mantiene.
En un contexto global cada vez más abierto a las criptomonedas, la experiencia salvadoreña se vuelve clave para entender cómo las finanzas descentralizadas pueden empezar a dialogar con el sistema financiero tradicional.
Más allá de las críticas y los desafíos, El Salvador se ha posicionado como un actor central en esta nueva era digital. Y lo más interesante es que su historia con Bitcoin, claramente, todavía está escribiéndose.
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