En un audaz giro que ha desatado una tormenta de reacciones, la Cámara de Representantes de Pensilvania ha aprobado un proyecto de ley bipartidista destinado a regular las criptomonedas. El proyecto no se limita a facilitar pagos en Bitcoin; busca proteger el derecho de los ciudadanos a mantener el control sobre sus activos digitales. Pero, ¿realmente es un avance hacia la libertad financiera, o es simplemente un mecanismo de control gubernamental disfrazado?
La legislación, conocida como HB-2481, establece un marco regulatorio que incluye la protección de los derechos de los residentes a gestionar sus criptomonedas bajo autocustodia, así como pautas sobre el impuesto a las transacciones. Con el apodo de “Derechos de Bitcoin”, la propuesta arrasó en la Cámara con una mayoría abrumadora de 176 votos a favor frente a solo 26 en contra, un claro reflejo de cómo la cuestión de las criptomonedas está traspasando las viejas divisiones partidistas.
Dennis Porter, el promotor del proyecto, señala que la adopción de Bitcoin está ganando terreno, creando una nueva base de votantes que busca aliados políticos en su lucha por la libertad económica y la innovación. Sin embargo, el entusiasmo de Porter podría estar ocultando un riesgo mayor: ¿está la regulación realmente promoviendo la libertad, o está sentando las bases para un sistema de control más intrusivo?
Con un 12% de la población del estado poseyendo criptomonedas, el interés es innegable. Pero la verdadera pregunta que queda es cómo este proyecto afectará la capacidad de los ciudadanos para manejar su propio dinero en un mundo donde la vigilancia y el control son cada vez más comunes. Antes de convertirse en ley, el proyecto deberá pasar por el Senado de Pensilvania, que será la próxima batalla en esta guerra por el futuro de las criptomonedas en EE. UU. ¿Se convertirá Pensilvania en un bastión de libertad financiera o en un campo de pruebas para la regulación gubernamental? Solo el tiempo lo dirá.
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