¡Es un escándalo!
El gobierno argentino ha decidido enterrar la investigación sobre Worldcoin, y la oposición está furiosa. Eva Ayala, concejal de Acción Marplatense, no se anduvo con rodeos: acusó al oficialismo de archivar deliberadamente el expediente que investigaba cómo demonios esta polémica empresa estuvo escaneando iris en Mar del Plata. ¡Y sin dar ninguna razón al respecto!
¡Pero eso no es todo! Worldcoin, la creación de Sam Altman, ha estado recolectando datos biométricos en medio de un mar de cuestionamientos éticos y legales. Argentina fue uno de los primeros países en poner el grito en el cielo, multando a la empresa con 200 mil dólares por manejar de manera "sospechosa" la recolección de iris. Y no se olviden: esta empresa ya ha sido vetada en países como España, Portugal, Francia, India y Kenia. ¿Pero qué hace el gobierno de Buenos Aires? ¡Nada! Es como si los dejaran hacer lo que quieran, con el expediente archivado sin explicaciones claras. La oposición, por supuesto, está que arde.
Eva Ayala no ha dejado títere con cabeza, recordando a todos que Worldcoin está siendo cuestionada en casi todos los rincones del planeta. Pero en Argentina, ¡se preparan para abrir 50 locales en 10 ciudades! ¿Qué está pasando? El Ejecutivo parece mirar hacia otro lado mientras una empresa foránea recolecta datos biométricos sensibles de los ciudadanos, y todo con una opacidad que huele mal.
Este episodio no es solo un escándalo político: es una burla a los derechos de los consumidores argentinos. ¿Es que a nadie en el gobierno le preocupa el manejo de información tan delicada? Mientras tanto, la oposición sigue alzando la voz, pero sus reclamos caen en saco roto. ¿Será que en Argentina el poder de las multinacionales es más fuerte que el del propio Estado? La historia de Worldcoin en el país es una bofetada en la cara para quienes creen en la protección de la privacidad y los derechos de los ciudadanos.
Este caso da para mucho más. Pero de momento, lo único claro es que Worldcoin sigue adelante con su proyecto, y el gobierno argentino, por alguna razón misteriosa, no parece interesado en detenerlos. ¡A ver cómo sigue esta novela!
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