Según una encuesta, la adopción de BTC se sitúa en alrededor del 8%, lo que representa un descenso en relación con el avance observado a comienzos del año.
Hasta ahora, la adopción de Bitcoin en El Salvador había superado el 20%, pero los últimos datos revelan una caída significativa. El Fondo Monetario Internacional (FMI) se muestra dispuesto a firmar un acuerdo con el gobierno de Nayib Bukele, siempre y cuando el uso de Bitcoin en el país se mantenga bajo.
Una reciente encuesta ha encendido las alarmas sobre el destino del proyecto Bitcoin en El Salvador, revelando que solo el 8% de la población utiliza la criptomoneda en sus transacciones diarias. Este desplome en la adopción, que llegó a superar el 20% tras la implementación de la Ley Bitcoin en 2021, plantea serias dudas sobre el éxito de una de las apuestas más audaces del presidente Nayib Bukele, y pone en tela de juicio el futuro de esta moneda como parte del sistema financiero salvadoreño.
El estudio, titulado «Primera Encuesta Rumbo País 2024 ¿La gente tiene fe?», fue realizado por el Centro de Estudios Ciudadanos de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) a fines de septiembre y deja al descubierto un hecho preocupante: la gran mayoría de los salvadoreños ha dado la espalda a Bitcoin. Además, solo un 1,3% de los encuestados considera que la criptomoneda tiene importancia para el futuro del país, lo que refleja un desencanto rotundo hacia el proyecto estrella del gobierno.
Este colapso en la adopción de Bitcoin no solo genera inquietudes sobre la viabilidad de la criptomoneda en la economía nacional, sino que además refuerza las tensiones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo internacional, que desde un principio se mostró crítico del experimento salvadoreño, ha condicionado la posibilidad de un acuerdo financiero de 1.300 millones de dólares a que el uso de Bitcoin permanezca bajo. En las últimas semanas, la portavoz del FMI, Julie Kozack, afirmó que, dado el escaso uso de la criptomoneda, “no hay riesgos financieros inmediatos”, pero advirtió que el panorama podría cambiar si su adopción creciera.
El desinterés de la población, sumado a las presiones del FMI, ha puesto a Bukele en una encrucijada. Aunque el mandatario ha reconocido cierta decepción por la baja adopción, el gobierno ha mantenido un discurso de éxito frente al mundo. Sin embargo, la realidad parece estar muy lejos de las expectativas. El rechazo generalizado hacia Bitcoin y la reticencia del FMI a respaldar plenamente al país si la criptomoneda gana más terreno, han puesto en jaque una de las mayores apuestas de la administración Bukele.
Los críticos señalan que El Salvador podría estar comprometiendo su estabilidad económica por una iniciativa que no ha logrado calar en la vida diaria de la gente. A pesar de las inversiones multimillonarias en infraestructura tecnológica y en la promoción de Bitcoin, la mayoría de los salvadoreños sigue priorizando otros temas, como la educación y el empleo, muy por encima del uso de criptomonedas. Y mientras el interés por Bitcoin sigue en picada, las exigencias del FMI podrían obligar a Bukele a replantearse su proyecto o enfrentar las consecuencias económicas de mantenerlo a flote en un mar de escepticismo creciente.
¿Está El Salvador pagando un alto precio por la apuesta fallida del Bitcoin? El tiempo lo dirá, pero por ahora, las señales no son alentadoras, y el país se encuentra entre las demandas del FMI y un proyecto que no logra despegar.
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